Comúnmente se piensa que los pueblos indígenas de los
Estados Unidos continentales, incluyendo a los nativos de Alaska, emigraron
desde Asia entre 12.000 y 40.000 años atrás. Algunos, tales como la cultura
misisipiana, desarrollaron una agricultura avanzada, grandes obras
arquitectónicas y sociedades con un orden jerárquico. Después de que los
europeos comenzaron a asentarse en América, millones de indígenas americanos
murieron debido a las epidemias de enfermedades traídas desde Europa, como la
viruela.
En 1492, el explorador Cristóbal Colón, patrocinado por la
Corona Española, llegó a varias islas del Caribe, realizando el primer contacto
con los pueblos indígenas. El 2 de abril de 1513, el conquistador español Juan
Ponce de León desembarcó en lo que llamó La Florida, la primera llegada europea
documentada en el territorio estadounidense. Los asentamientos españoles en la región
fueron seguidos por otros en el actual suroeste de Estados Unidos. Los
comerciantes de pieles franceses se establecieron en Nueva Francia, alrededor
de la zona de los Grandes Lagos; finalmente Francia reclamaría gran parte del
interior de Estados Unidos, hasta la costa del golfo de México. Los primeros
asentamientos ingleses exitosos fueron la colonia de Virginia en Jamestown en
1607 y la colonia de Plymouth fundada por peregrinos en 1620. En 1628, el
establecimiento de la provincia de la bahía de Massachusetts dio lugar a una
nueva ola de inmigración: para 1634, Nueva Inglaterra estaba habitada por cerca
de 10.000 puritanos. Entre la década de 1610 y la guerra de independencia,
cerca de 50.000 convictos fueron enviados desde el Viejo Continente hacia las
colonias.18 Desde 1614, los neerlandeses se establecieron a lo largo del río
Hudson inferior, fundando Nueva Ámsterdam en la isla de Manhattan.
En 1674, los Países Bajos cedieron su territorio a
Inglaterra y la provincia de los Nuevos Países Bajos fue renombrada como Nueva
York. Muchos inmigrantes recién llegados, especialmente en el sur, fueron
contratados como criados, de tal modo que cerca de dos tercios de todos los
inmigrantes que llegaron a Virginia entre 1630 y 1680 trabajaban como
sirvientes.19 Para finales de ese siglo, los esclavos africanos se convirtieron
en la principal fuente de mano de obra en condiciones de servidumbre. Con la
división de las Carolinas en 1729 y la colonización de Georgia en 1732, se
establecieron las Trece Colonias británicas, que finalmente se convertirían en
los Estados Unidos de América. Todas contaban con un gobierno local electo,
apegado al republicanismo, además de que se legalizó el comercio de esclavos.
Con altas tasas de nacimiento, bajas tasas de mortalidad y la constante
inmigración, la población colonial creció rápidamente. El movimiento cristiano
revivalista de las décadas de 1730 y 1740, conocido como «el Gran Despertar»,
alimentó el interés en temas como la religión y la libertad de culto. En la
guerra Franco-india, las fuerzas británicas le arrebataron Canadá a Francia,
pero la población de habla francesa permaneció políticamente aislada de las
colonias del sur. Sin contar a los nativos americanos (popularmente conocidos
como «indios») que finalmente fueron desplazados en contra de su voluntad, en
1770 las Trece colonias tenían una población de 2,6 millones de habitantes,
alrededor de una tercera parte de la del Reino Unido, aunque casi uno de cada
cinco estadounidenses era un esclavo negro.20 Sin embargo, los colonos
estadounidenses no tenían ninguna representación en el Parlamento del Reino
Unido.
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